Autor: Disraeli
Brito U.
ECONOMÍA DIGITAL
Y EL INTERNET DE LAS COSAS
No
hay duda que la tecnología ha mejorado la calidad de vida de la humanidad en considerables
aspectos del quehacer diario de los ciudadanos. Tanto, en el campo personal
como en lo profesional. En todos los aspectos la dinámica de las personas ha
cambiado cada día, la tecnología permite rapidez y simplificación en los
tramites, transacciones y búsqueda de información de forma automática,
ampliando la capacidad de información de los individuos que de forma abstracta
han extendido la parte cognitiva sin necesidad de archivar información porque ésta
se encuentra guardada en la web. Es así, como la economía digital con el uso de
Internet of Things
(IoT) o el internet de las cosas, ha cobrado fuerza y va evolucionando junto a
diferentes modelos económicos. Es decir, se ha convertido en una herramienta de
ayuda que facilita el trabajo de las personas tanto naturales como jurídicas.
A
partir de la llegada de Internet a nuestras vidas, su evolución ha sido rápida,
logrando abarcar todas las ramas del conocimiento y de las labores cotidianas,
desde aquellos primarios módems de 56 KB hasta las aceleradísimas y eficaces
líneas de fibra óptica presentes en la actualidad. Pudiendo en el presente conectar
a Internet todos los objetos usuales como teléfonos móviles, frigoríficos, lavadoras,
semáforos impresoras, televisores, cámaras vía IP, GPS, entre otros múltiples dispositivos
electrónicos que pueden enlazarse a la red y/o interconectarse entre sí. O lo
que es lo mismo, la internet de las cosas (IoT), es un concepto de algo que pareciera
haber estado acompañándonos dada su omnipresencia en todo lo que conocemos hoy,
pero la realidad es que es bastante reciente.
Kevin
Ashton, (2009), profesor del Instituto de Tecnología de
Massachusetts (MIT), usó el acrónimo de (IoT) para referirse a la expresión
Internet of Things o en español la internet de las cosas - en las jornadas RFID Radio Frequency Identification - (en
español identificación por radiofrecuencia) desde entonces el aumento y la
curiosidad del término ha ido creciendo de forma exponencial. Aunque él mismo,
ha comentado que la locución era de uso corriente en círculos internos de
investigación desde 1999, si bien no se hizo público de forma notoria hasta
entonces.
Así,
imaginemos que poseamos ordenadores capaces de estar al corriente de todo lo
que pudiese saberse de cualquier cosa sea pública o privada; empleando y
recolectando datos, se podría reducir de forma significativa los costos y malos
usos de los procesos donde interviene de forma importante la mano del hombre. No
habría necesidad del uso de papel o por tanto de consumibles; por ejemplo, se
podría tener control de las enfermedades de las personas, los médicos
recetarían los medicamentos sin extender récipes escritos, los procesos
jurídicos no tendrían necesidad de tener expedientes físicos, por cuanto todo
sería escaneado, entre muchísimas cosas mas. Es decir, el internet de las cosas
tiene la capacidad de cambiar el mundo que conocemos.
Es
en este enfoque donde la economía digital juega el rol mas importante, para
disminuir los costos de producción y de servicios utilizando las alternativas
que ofrece la internet de las cosas, la digitalización de la información y el
uso de la infraestructura de las Tecnologías de las Informaciones y
Comunicaciones (TIC), enfocados a la prestación de servicios y a suministrar
bienes tanto por el Estado como por el sector privado. Por su parte, internet
of things (IoT), o internet de las cosas, está cambiando al mundo y la manera
en la que interactuamos con él, ya que modifica la comunicación entre objetos y
el funcionamiento de las ciudades, no en vano (IoT) se refiere a la
interconexión digital de todo tipo de objetos cotidianos a través de la red.
Esto
ha impactado a las empresas como a su entorno, la revolución de la Tecnología,
la Información y las Comunicaciones (TIC.) como el insumo básico de producción,
y la capacidad de respuesta. O lo que es lo mismo, la economía digital en la
nueva tendencia empresarial tiene su apoyo en el desarrollo de la
estructuración y la sistematización del capital intelectual, como base en la
competitividad y el poder mantenerse en el mercado a través de la innovación en
la organizaciones empresariales del futuro; para ello, la herramienta
primordial para que una empresa sea competitiva en el mundo de los negocios
actualmente, es la "inversión en los cerebros de las personas", quienes
van a desarrollar los procesos a través de la (IoT) en el ingenio para producir
nuevas herramientas o mejorar las existentes, con el fin de evolucionar en el
campo del intercambio de los bienes y servicios.
Ante
esta nueva realidad, del conocimiento como parte de la economía digital, es la forma
de trascender ante la visión que se tenía del hombre que era solo producir y
generar beneficio, siendo utilizado como una herramienta dentro de un
engranaje, quien realizaba una labor continua durante toda su vida laboral, sin
tomar en cuenta el conocimiento para mejorar los procesos, es así, como en la
era de la Tecnología, las Información y las Comunicaciones (TIC.), se empieza a
ver ese nuevo enfoque por parte de las empresas en invertir en el campo del
conocimiento, para de esa forma llevar al mercado esa creatividad del ser
humano de innovar o mejorar en bienes y servicios continuamente y así obtener la rentabilidad que conlleva la inversión. En otras
palabras, es la innovación lo que puede marcar la diferencia entre mantenerse o
no en la autopista de los negocios.
Por
su parte, en Venezuela se han dado los
pasos necesarios para la automatización de los procesos actuales llevados por
Estado, en concordancia con lo plasmado en el artículo 110 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela que señala:
"El Estado
reconocerá el interés público de la ciencia, la tecnología, el conocimiento, la
innovación y sus aplicaciones y los servicios de información necesarios por ser
instrumentos fundamentales para el desarrollo económico, social y político del
país, así como para la seguridad y soberanía nacional. Para el fomento y
desarrollo de esas actividades, el Estado destinará recursos suficientes y
creará el sistema nacional de ciencia y tecnología de acuerdo con la ley. El
sector privado deberá aportar recursos para las mismas. El Estado garantizará
el cumplimiento de los principios éticos y legales que deben regir las
actividades de investigación científica, humanística y tecnológica. La ley
determinará los modos y medios para dar cumplimiento a esta garantía".
En
ese sentido se estableció la Ley de Infogobierno, publicado en la Gaceta
Oficial N° 40.274, en fecha 17 de octubre de 2013, siendo este el principal
leitmotiv de la disposición fundamental y de los Principios y bases del uso de
las tecnologías de información de la referida Ley, que tiene como objetivo:
“(…)
establecer los principios, bases y lineamientos que rigen el uso de las
tecnologías de información en el Poder Público y el Poder Popular, para mejorar
la gestión pública y los servicios que se prestan a las personas; impulsando la
transparencia del sector público; la participación y el ejercicio pleno del
derecho de soberanía; así como, promover el desarrollo de las tecnologías de
información libres en el Estado; garantizar la independencia tecnológica; la
apropiación social del conocimiento; así como la seguridad y defensa de la
Nación”.
Como
se ve el Estado venezolano ha previsto el proceso de automatización no solo en
los Poderes Públicos, sino involucra a la empresa privada para incorporar a la
estructura de las Tecnologías de las Informaciones y las Comunicaciones (TIC.),
y utilizar a la internet de las cosas (IoT), como mecanismo para mejorar los
procesos y disminuir los costos del Estado. Entre las cosas que se están
desarrollando en Venezuela, y que tiene un impacto tanto en la economía digital
como la internet de las cosas (IoT), tenemos la incorporación al mercado de
transacciones de las monedas virtuales la criptomoneda denominada Petro con un aproximadamente
de 25% al 30% de usuarios, porcentajes que representan a 15 millones de
venezolanos que están siendo integrados a este nuevo sistema de transacción
digital, es decir, de cada 10 usuarios de criptoactivos en el mundo 3 serán
venezolanos.
Con
la creación del Petro, el país logra evitar el uso de divisas para el
intercambio de bienes y servicios en el mercado mundial con el respaldo en un
primer lugar de las grandes reservas de hidrocarburo y oro, certificadas, lo
que pone al país como uno de los pioneros para librarse del uso de las divisas
como forma de coacción a los Estados por parte de las grandes potencias en un
mundo que se visualiza con una profunda crisis económica a corto, mediano y
largo plazo.
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